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La energía del Amor

Esta semana la música en vivo vuelve a Surya para ambientar una de nuestras sesiones de Yoga. Y no será una música cualquiera, sino que tendrá lugar la presentación de "Exhale", el nuevo disco de mantras de Carola Zafarana, una artista con una voz de otra dimensión y la capacidad de encender con sus inspiradas melodías la llama del corazón. Esa es precisamente una de las muchas virtudes que presenta el Kundalini Yoga acompañado de la vibración de mantras, a los que ya dedicamos hace algún tiempo una de las entradas del blog y hoy nos sirven de punto de partida para introducir un post dedicado a profundizar en la genuina energía del Amor.

“El problema original y universal es la desconexión del corazón.

El síntoma universal es la sed de amor.

El error universal consiste en buscar el amor fuera”

La delicia de cultivar y tener un corazón compasivo, incondicional a los resultados y permanecer enamorado de la vida es aquello que el ser humano anda buscando desde la noche de los tiempos.

Rotas las inercias de las reacciones, siendo realmente personas adultas, podemos entrar en del reino de la madurez sin miedo y el amor se convierte entonces en el gran reto y la gran purificación a la vez: por debajo del resentimiento, la rabia, el rencor, el odio... hay una gran dosis de miedo, miedo a atreverse a abrir el corazón con el riesgo de ser rechazados, y una gran necesidad de que nos quieran.

El amor consciente pasa en primer lugar por aceptarnos, algo que no podremos hacer mientras no nos demos realmente cuenta de todas las identificaciones personales que rechazamos, de todo aquello que no nos permite sentirnos dignos de estimación. ¿Que rechazamos en los demás? ¿Qué nos incomoda? ¿Qué hace que los miremos con los ojos del desamor? En estas respuestas encontraremos algunas pistas de los rasgos que nos rechazamos a nosotros mismos.

La energía del corazón es la más poderosa para purificar y regenerar el miedo, para sublimar los miedos y transformarlos en la fuerza del amor: si hay miedo no hay amor, si predomina el miedo hay cierre y estancamiento. Quien tiene miedo se esconde y se protege.

El amor es nuestra responsabilidad, que la podemos asumir o que podemos rechazar: la decisión sólo la tenemos nosotros.

Dar y recibir es importante, porque en eso se basa la generosidad y la entrega afectiva, pero también importante transformar la mirada que tenemos del mundo y las personas e instruirse en el arte de mirar desde el corazón.

Hemos aprendido a hacernos juicios de todo: de nosotros mismos, de los que nos rodean, de las cosas, de lo que llamamos realidad, y eso nos impiden ver la verdadera belleza que se esconde detrás de todas las etiquetas, que no son más que prejuicios. El amor es un estado independiente del objeto y se expande hacia todo. Pero acceder al amor, al amor esencial, no puede hacerse sólo desde la mente consciente.

Cuando nos refugiamos en la mente se hace muy difícil amar. Cuando presentimos una situación de riesgo a que nos hieran, cuando surgen los miedos y las inseguridades, el rechazo, la rabia, e incluso el odio parece que vienen a proteger el tanto por ciento de amor que tenemos actualizado. Proteger… ¿por qué? El amor nos hace vulnerables, nos pone en situación de sentirnos heridos; amar de verdad significa dar incluso la propia vulnerabilidad.

Cuando la mente se rinde instaura una paz dulce y profunda en el interior de la persona y se disuelve todo conflicto.

Amar no significa amar mucho, sino amar bien, no amar compulsivamente como una forma errónea de fortalecer el vínculo y retener al otro. Este amar bien pasa por una conciencia muy clara de uno mismo y de las propias necesidades, y no compensar las carencias a través de una relación, pasa por ser consciente de los dos, y que entre las dos personas se pueda establecer un equilibrio armonioso en el que ambas partes se construyan a sí mismas con independencia del otro.

La auténtica compasión viene de la comprensión de las pautas del otro, de ver las fuerzas y las circunstancias que actúan sobre la persona y que determinan sus patrones de comportamiento; es ver más allá de lo que nos muestra y llegar hasta el niño que padece aún en su interior. Para esta compasión hay que estar atentos, haber comprendido nuestras propias pautas de conducta, reconocido a nuestro propio niño, y habernos aceptado y perdonado a nosotros mismos.

La experiencia de esta conexión con el amor es trascendental, pero hay vivencias que nos ayudan a invocarla. Estos son sólo algunos ejemplos que pueden inspirarnos:

Focalizarnos en el agradecimiento. Si hay amor, hay agradecimiento. Si hay agradecimiento, hay amor. Lo contrario del agradecimiento está cargado de ego, de resentimiento, de avaricia, de frustración. Si eres capaz de agradecer, incluso aquello que en este momento no comprendes porque sólo ves el dolor que te causa, estás en contacto con la verdad del amor incondicional, con la humildad, con la vulnerabilidad del corazón abierto.

Cantar o escuchar mantras o música que te toque sutilmente. La vibración de tu voz y de la música creada desde la inspiración sutil, es una vía directa, inconsciente, hacia un estado elevado en el que la experiencia del amor y de la plenitud se hacen palpables.

Respirar conscientemente y poner la atención en el silencio y la alegría que residen en el centro del pecho. Cada respiración consciente es una oportunidad que tienes para contactar con el amor hacia ti mismo y hacia todos los seres sensibles.

Con la práctica de yoga en general y algunas asanas (posturas) en particular. La sabiduría yóguica milenaria, conocedora del flujo energético, propone ejercicios y posturas específicas para activar el 4º chakra, el chakra del corazón y del amor.

Crear. La creatividad es un canal de conexión directo con el presente y la verdad esencial. Durante la creación entras en contacto con tu esencia, sin juicio, y desarrollas la atención plena necesaria para la práctica del Amor.

Poner atención a la energía que nos une a los demás, sin discriminar a nadie. Aprovechando cualquier situación de la vida cotidiana para intentar ver más allá de las apariencias y percibir la corriente de amor que te une a cualquier persona que puedas ver.

La práctica de la presencia. Poniendo todo nuestro corazón y nuestra atención presente en cualquier cosa que hagamos. Sólo podemos amar verdaderamente desde el momento presente. La experiencia del amor esencial y universal, sólo se puede dar ahora, y si estás en el Ahora, sin juicio y con el corazón abierto, sólo encontrarás amor.

El amor devocional. El amor dirigido hacia la energía divina o hacia un aspecto de la divinidad que inspire tu corazón, sea cual sea el significado que quieras darle, te conecta con una realidad mayor que la limitada vivencia terrenal, y entras en contacto con el verdadero amor hacia todo y hacia todos, sin mente, con humildad.

La observación. La práctica de la observación, tanto interna como externa, es necesaria para comprender aquello que te separa del otro y de ti mismo. Sólo comprendiendo aquello que te separa podrás encontrar lo que te une y ser, de este modo, compasivo.

Atender, honrar y cuidar cualquier gesto genuino tuyo, propio, que sientas que te ayuda a entrar en conexión con el amor. Tú eres ya Amor, sé creativo en tu forma de descubrirlo y vivenciarlo.

Vivir con Amor es, en última instancia, una firme decisión.

“El mayor logro que puede conseguir la humanidad es el reconocimiento de la propia locura y el encuentro con la cordura del amor”.

Próxima sesión de yoga con música en vivo en Surya: Viernes 15 de diciembre a las 18.30h

Sesiones regulares de Kundalini Yoga: Lunes 9.30h y 20h, martes 20h, viernes 10h y 18.30h

Más info y reservas: yogaycreatividad@gmail.com

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