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El compromiso de la mirada libre y amorosa


Recuerdo que finalizando el último Retiro (XVII Edición, Julio 2017), me propuse compartir un escrito que tratara de contener qué se mueve en un Retiro de Yoga & Creatividad. En ese momento en el que me encontraba abierta, lúcida y en contacto directo con el movimiento del grupo, brotaban frases y conceptos sin parar. Tantos que me pareció casi excesivo. “Si comparto todo lo que estoy reflexionando en este momento acerca de lo que trabajamos aquí, parecerá una exageración”. La atención al grupo y cuestiones prácticas propiciaron que pospusiera estas reflexiones y me quedara con lo vivido, una vez más, agradeciendo la existencia de estos encuentros.

Han pasado meses y se acerca el siguiente Retiro. La Edición XVIII dedicada a la Raíz, a lo que nos sustenta, nos da base y seguridad y nos permite crecer con fuerza y proyección.

Una de las cosas que comparto al inicio de los Retiros es que el título es lo de menos. Es una excusa, un punto de partida, una licencia casi poética que nos permitimos para entrar en el juego de las comunicaciones atractivas y fugaces de lo cibernético. Sin embargo, en cada ocasión nos impregnamos del concepto y nos apoyamos en él para abrir un espacio de juego, de análisis, de escucha, de descubrimiento.

Sucede entonces que sí, retiro tras retiro, vamos encontrando sinergias y viajamos hacia lo esencial. Y en lo esencial aparece siempre lo mismo: El Amor. Da igual desde dónde partamos. Si los conductores hacemos un buen trabajo y preparamos el terreno lo suficientemente fértil y libre, el trabajo se desarrollará natural y orgánicamente hacia el Amor.

No nos referimos a un Amor romántico. Nos referimos a ese estado en el que puedo Ser contigo, mirarte directamente, y agradecer sentirme presente junto a ti. Ese estado en el que me expreso libremente porque sé que me escuchas, que te importa y que me acompañas. En el que me gusta escucharte, porque me importa y te acompaño. Ese estado en el que cada uno, desde sus limitaciones y su amplitud, cumple el compromiso de mostrarse libre de juicios para mirar al otro. Y también y sobre todo, ese estado en el que me aplico a mí mism@ la escucha, el compromiso, el acompañamiento y la mirada libre de juicios.

Parecen palabras bonitas o una reflexión generalizada. Pero no lo es. Si tuviera que destacar algo de estos encuentros es la asombrosa transformación que experimentan los participantes al abrirse al Amor. No es que sea mágico, ni new age, ni que los conductores dispongamos de respuestas maravillosas. Es que simplemente ponemos nuestro esfuerzo y conocimientos en generar un espacio que permita que cada un@ sea. Así de simple y así de complejo.

Preparamos un espacio para hablar sinceramente. Tratamos de discernir lo que llega de las ideas preconcebidas y lo que llega de nuestra esencia, de nuestras verdaderas emociones. Bajamos el volumen de la mente mediante el Yoga y mediante la creación. Bajamos el ritmo y honramos el silencio. Y honramos también la palabra cuando está en sintonía con lo que sentimos. Y nos permitimos atravesar lo que sea que llegue de nuestro interior.

Cuando finalizamos los retiros siempre damos las gracias por el coraje de haber vivido la experiencia. Y no nos cansaremos de hacerlo, porque a pesar de que nos despedimos con energías renovadas, caras relajadas, lágrimas de emoción y alegría, el camino transitado ha requerido valor y entereza.

Quizás en otro escrito detalle tantas de las cosas que vivimos en cada encuentro. Hoy, de momento, nos quedamos con lo esencial.

Si quieres venir a vivirlo el próximo 27 de Octubre, escríbenos a yogaycreatividad@gmail.com.

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